La relajación es un estado de equilibrio físico, mental, emocional y espiritual. Es una forma de vivir la vida que requiere de una actitud determinada.

      Las técnicas de relajación actúan manteniendo centrada la atención con un estímulo, por ejemplo, una imagen, un sonido, una frase o una sensación, de una forma pasiva y sin esfuerzo, mientras se detiene toda actividad.

      Realmente es la actividad más natural que existe en las personas, lo que ocurre es que se ha convertido en un arte o disciplina olvidada. En los tiempos que corren hay muy pocas personas que puedan decir que se sienten relajadas la mayor parte del día o lo que es peor, que puedan relajarse en algún momento. 

 

      Las principales técnicas que se pueden encontrar en la actualidad son:

 

        Relajación progresiva de Jacobson: Se realiza a través de las indicaciones del terapeuta, tensando y relajando los distintos músculos del cuerpo en un  orden determinado.

 

        Entrenamiento autógeno de Shultz: Se trata de ejercitar la mente de forma voluntaria, a través de frases e imágenes proporcionadas por el terapeuta, para influir en el comportamiento del resto del cuerpo.

 

        Respiración: Es la base y el comodín de todas las técnicas de relajación, aunque ella sola es ya una de las técnicas más importantes. Produce un importante efecto en el control de la ansiedad y como preparación para hacer frente a situaciones estresantes.

 

        Visualización: Con entrenamiento en ejercicios respiratorios se prepara el cuerpo en actitud relajada para  trasladarse más tarde con la imaginación, a lugares o situaciones agradables, centrando la atención en todas las  sensaciones que ese lugar pueda sugerir.