ARTÍCULOS · 05. febrero 2018
Hablo con profesores todos los días y me trasladan con disgusto y pesar las frustraciones que sienten a la hora de enseñar.
Unos temarios desorbitados, llenos de temas imposibles de trabajar en el tiempo establecido y con unos contenidos, en su mayoría, que poco o nada tienen que ver con la edad y los conocimientos de los estudiantes.